El lugar es increible y la casita muy acogedora.
Despertar y ver ese jardin es un regalo,al igual que lo es tener a tan solo 5minutos una senda costera por la cual caminar hasta la preciosa playa de Buelna y Cobijeru.
Por ultimo Teresa,la anfitriona,es un cielo.Estuvo super atenta ya mi llegada y necesidades.Un 10